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1 viaje, 4 días, 10 personas

Advertencia: pueden encontrar cambios en el modo de redacción ya que estuve bastante tiempo escribiendo esto y nunca revisé todo cuando terminé.

Pensar que hace un par de años critiqué el método de vacaciones de mochilero y este año la providencia me llevó a viajar de esta manera. quisiera aclarar que si bien lo critiqué, no lo odié en su momento y siempre respeté a los que hacen este tipo de viaje. en fin, este año lo comencé en Salta, en un pequeño pueblo de unas 1400 personas llamada la Caldera (24"35´30.91 S 65"23´18.18 O). El tema que nos concierne comienza al final de esta primer etapa de mi viaje en el NOA (Noroeste argentino)... la noche del 5 de enero.
Luego de finalizar mis actividades en la Caldera mi plan era salir a recorrer el NOA con dos amigos, pero por razones que no daré por su contenido de irrelevancia uno de los dos dijo que no iba a poder viajar, solo nos acompañaría hasta el 6 de enero, puesto que el 12 debía estar de vuelta en Buenos Aires. Solo quedamos dos, luego me enteré que otro nos iba a acompañar, así que ahora elevamos el número a tres, solo que este último iba a llegar el 8 a Salta.
Pero volviendo a la noche del 5 de enero paso a contarles lo que en realidad pasó. Resultó que al final las dos personas que me iban a acompañar decidieron irse para otro lugar (valga la aclaración que este viaje nunca estuvo planeado desde un principio y que todos estábamos concientes de que en cualquier momento podrían haber cambios repentinos en el curso de nuestras vidas, o al menos en enero) y quedé solo, y yo solo no viajo (al menos por ahora). Me dije entonces "me vuelvo para Buenos Aires", pero un inesperado giro alteró los acontecimientos futuros y el primero de mis acompañantes que dijo que debía estar de vuelta para el 12 me dijo que me bancaba hasta el 12. Y así fue como nos convertimos en compañeros de viaje sin saber hacia donde dirigirnos solo con la frase "Dios proveerá".
FIN DE LA PRIMERA PARTE

Intermedio

Un juego para descansar un rato.
FIN DEL INTERMEDIO

Segunda Parte

Y así decidimos ir a la ciudad de Salta, pasar la noche ahí y comenzar el viaje al día siguiente. Aprovechamos el 6 para descansar, visitar la cuidad, las catedrales barroco americanas, edificios góticos, el cabildo, la peatonal, etc. Pasamos el día en la casa de un cura amigo y nos quedamos a comer ahí ya que habían setenta y dos empanadas y la comida alcanzaba. Beatus Nos! que nos quedamos ya que un gran acontecimiento estaba por ocurrir: un rato antes de la comida nos informan que ocho ex alumnos del colegio -un año más grandes-, amigos nuestros estaban por llegar a la misma casa que nosotros.
Nos quedamos hablando un rato con ellos, y nos informaron que venían de visitar Cachi , que habían estado en Cafayate y por San Miguel de Tucumán. Pero lo mejor es que se iban para Jujuy, igual que nosotros, entonces cuando salieron a comprar pasajes para el día siguiente, mandé mensaje diciendo que compren dos más que nos íbamos a acoplar a su viaje. Habíamos alquilado un cuarto pero cuando fuimos a llevar las mochilas nos dijeron que les habían alquilado el cuarto a otras personas. Mejor. Nos ahorramos 35 pesos y nos quedamos a dormir en lo del cura.

En fin, luego de dormir en el piso duro nos levantamos a las 9:00 y fuimos a desayunar mate, café, o té, lo que más nos guste, con fasturas. Al terminar nos dirigimos hacia la terminal, llegando justo a tiempo para subir al bondi y dirigirnos hacia Purmamarca, donde está el cerro de los 7 colores. Para darles una idea, Purmamarca un pueblito que vive del turismo del cerro y es un lugar donde viven las personas que nacen ahí, es decir, que no hay una sola persona en su sano juicio que se mude a ese pueblo.
El colectivo nos dejó a 2 km del pueblo, y empezamos a caminar, hicimos dedo pero no sirvió, algunos te miraban y te decían que no tenían lugar otros, pasaban con camionetas gigantes que iban vacías y te dejaban el humo del caño del escape -buenísimo para el apunamiento, aunque no me apuné nunca-. Ví a un burro que no se si estaba afónico o llorando y me llamó la atención el silencio que había en la ruta.
Finalmente llegamos, cansados, pero llegamos, con la remera transpirada dejando toda humedad que habíamos traído de Buenos Aires.

Una vez que llegamos todos al pueblo (algunos venían más atrás que otros) nos juntamos en la plaza, lugar lleno de puestitos pendorchos que te quieren hacer creer que todo es artesanal, y nos fuimos a buscar un lugar para dormir esa noche. Encontramos un camping con cuartos lo suficientemente grandes como para que entremos todos en uno. De ese lugar creo yo que nos llevamos un mal que no curaremos más: , el hijo de la dueña. Apenas entramos, elegimos cama y el pibe ese ya estaba preguntando como nos llamábamos los diez, como si tuviera una memoria grandiosa para identificar nombres con caras y más aun, como si tuviera importancia. Recuerdo que le dije mi nombre y se me quedó con una sonrisa estúpida mirándome como si esperara algo más de mi, como no se iba del cuarto me fui yo.

Salimos a comer. Lugar: equivocado. Entramos a un lugar que no tenía nada de restaurant o bar o como lo quieran llamar, la cosa es que entramos ahí a comer porque Pachito nos llevó. Preguntamos el precio del sanguche de mila y nos dijeron que el completo salía 4 y el simple salía 3. Pedimos 8 completos y dos simples (pan- milanesa-pan), sin mayonesa. Nada difícil de recordar pensamos. Error. Tardaron pero nos trajeron 10 completos. Devolvimos los dos erróneos. Mientras esperábamos salió la gorda preguntando quién era el que quería el guiso. Volvieron y nos trajeron los dos simples con queso. Cuando le dijimos del error nos dijo, "bueno se los cobro como simples". "Mató, buenísimo" dijimos. Al terminar de comer hicimos cuentas: 8 completos: 32, 2 simples 6, 4 aguas: 12. Total: 49. Cuando vamos a pagar nos quieren cobrar 52. Le explicamos que nos dijeron que nos iban a cobrar de menos por los errores cometidos por ellos pero la gorda se enojó y se fué as la cocina. Rafael, uno que laburaba nos defendió y la gorda se enojo con él. Terminamos pagando los 52 para que no rompan más las pelotas.

El día lo pasamos escalando el cerro, solo llegamos a estar en tres colores. Sacamos fotos a rolete por doquier y a cualquier cosa con tal de estar en la foto. Unos se sacaron fotos en lugares que podrían no haber vuelto e incluso algunos se sacaron fotos en un hotel que se camuflaba con el cerro y que no tenía nada que ver con nosotros. Ese mismo día nació el apodo "Cactus" para Juan.

Bajamos, fuimos al camping y comimos unos sanguches de jamón y queso y mientras algunos se coparon con la guitarra... yo me fui a dormir esperando que el hijo de la dueña no me haga nada mientras dormía. Habían tres personas más en el cuarto durmiendo, un bicivolador que se mandó a recorrer el Norte en bicicleta y dos más.
A eso de la 1:00 am se fueron todos a dormir y pude dormir yo también.
Al día siguiente estaba más descansado que los demás y nos apuramos porque una camioneta nos iba a llevar a las salinas. Como consecuencia de esto, nos dirigimos hacia las salinas. Pero antes paramos dos veces a mirar el paisaje y porque Pachito querí ver si la pelota doblaba o no en el punto más alto.















Llegamos a las salinas, y para el que no fue le cuento: esta bueno, pero es sal no creas que vas a encontrar algo más.
Desayunamos unas galletitas con agua mineral, a continuacion empezamos a sacarnos fotos (yo como de costumbre aparezco en pocas), hicimos una pirámide humana y Diego pegó unas patadas. No mucho más.
Volvimos a Purmamarca, y Walter, Pachito y yo nos fuimos a comprar los boletos. Agarramos los bolsos y no me pregunten porqué, pero volvimos al mismo lugar a comer. Esta vez cobraron bien pero la milanesa que me dieron era pura grasa.

Nos tomamos el colectivo que nos dejó en Tilcara. Nos dividimos como antes y empezamos a buscar lugar donde dormir por dos noches y regateando con la excusa de que eramos 10 y que más de $15 no ibamos a pagar.
Yo me fui con Ian y encontramos un lugar, pero al final nos terminamos yendo a otro más barato. Este lugar era algoi curioso, ya que no sabíamos como se mantenía en pie y cuanto tiempo iban a durar las paredes antes de derrumbarse. Digamos que este "hostel" era algo improvisado por los dueños, peroi denrto de todo era cómodo.
A la noche salimos a dar unas vueltas por ahí y nos encontramos con Axel, el hermano de Ian que se había aventurado solo a recorrer el Norte pero sin bici. Lo metimos en uno de los cuartos y pasó la noche y se registró después.
Al día siguiente nos fuimos a las ruinas (?) de Pucará donde había un jardín botánico de solo cáctus entre otras cosas.
Pero antes, Nico Y Juan, que son re locos, se metieron en un hotel y al erróneo grito de viva Neuquén -supuestamente eramos de Chubut para que no nos discriminen por porteños- se tiraron a la pileta. La cosa era que los persigan pero nadie los vió y lo unico que lograron (que no era poca cosa) era estar frescos.



A la vuelta y despues de que algunos se tragaran 8 kilos de coca y Pachito patentara la idea de ponerse los anteojos como vicha, nos fuimos a la plaza donde nos esperaban ya que todos menos yo querían hacer rappel, pero tambien había una caminata muy copada y al final nos llevaron por un acueducto donde no se veía nada. En fin, estuvo bueno. A la noche salimos de nuevo por ahí, hubo intentos de peñas, de entrar a campings, de terminarse un vaso de cerveza negra y de tener por lo menos una conversacion racional.
Antes de terminar con esta etapa del viaje, no me quiero olvidar de alguien que nos acompaño en nuestra estadía en Tilcara: Contento, el perro.

Fuimos a la terminal para dirigirnos a Humahuaca. Llegamos, comimos algo, nos encotramos con el Colo y otra vez nos dividimos para encontrar lugar donde pordían dormir siete de nosotros ya que Juan y yo ya nos teníamos que volver para Buenos Aires y Pachito tenía que ir a Salta a ver a San Lorenzo. Encontramos un lugar muy bueno, dejamos todo ahí y salimos a ver el pueblo. Los puestitos se repetían como en todos los lugares que habíamos visitado antes, sacamos fotos, compramos un helado o dos, Juan compró una cerveza para compartir ya que hacía calor para que después lo tomen de alcohólico por estar tomando a las tres de la tarde y volvimos. Ahí nos encontamos con unas chicas que habían hecho el mismo recorrido que nosotros y por eso ya eran conocidas.
Juan se quedó dormido por el alcohol, yo también aunque no habia tomado, Nico y Diego se fueron a comprar una quena y Ale, Walter, Andy e Ian se quedaron hablando con las rosarinas mientras Pachito buscaba la manera de resolver el quilobo de números que tenía con las deudas de cada uno, Lere o estaba con las rosarinas tambien o durmiendo.
Me desperté, tomé mi primer nesquik después de varios días, me fui a misa con Waltman y Andy, antes de entrar a la Iglesia me fui al baño, volvimos, esperé bastante para bañarme, me bañé y me quedé en la cocina con los demás mientras se preocupaban por la comida.
Después de comer se escucho la pregunta mágica: Chicos, ¿van a comprar algo para tomar? y ahi fue el principio del final. Como siempre la última noche es cuando se pone pero yo me tengo que ir.
Empezaron los juegos de palabras relacionados con el tomar algo con alcohol, yo salí con Juan a recorrer una última vez el pueblo, pero esta vez era de noche.
La Etapa Final.

A las dos menos cuarto cuando ya era todo una fiesta y hasta el del cuarto de al lado, un tipo de unos cuarenta años, se había copado en la fiesta con coca para todos, partí con mis dos compañeros para la terminal porque a las dos salía el colectivo para Salta. Después de una despedidad e diez minutos nos fuimos y a esperar al colectivo que nos iba a dejar en salta a las seis de la mañana, pero este no llegaba. El frío se empezaba a hacer presente en nosotros y les juro que vi a Contento ahí.
El colectivo llegó una hora despúes a causa de los controloes de gendarmería. Nos subimos y el viajé empezo. Intenté dormir de alguna manera, escuché algo de música y a las seis de la mañana nos frenaron para control de equipaje. Estuvimos parados una hora y una vieja se empezó a quejar de que no le podían hacer una revisión porque no era justo etcétera. Al fianl el colectivo entero se entretuvo un poco con la vieja, le revisaron el bolso a la vieja nada más y seguimos el viaje. Cuando logré dormirme, Juan me despierta. Habíamos llegado a Salta... y eran las nueve de la mañana.
Bajamos, y fuimos a la casa parroquial a pasar el día ya que el colectivo a Buenos Aires salia a las cuatro de la tarde y el partido de Pachito era a las diez de la noche. Creo que me bañé, y salimos a comer... empanadas... otra vez. A la tarde dormí un rato y a las tres y media nos fuimos los tres a la terminal.
Nos despedimos y subimos al bondi dónde nos llamó la atención el humo que salía de las bocas de las perosnas a causa del frío. Pedimos que apaguen el aire acondicionado y arrancó el colectivo. Nos dieron una comida frugal, intercambiamos entre nosotros algunas cosas y vimos una de las tres películas quie nos iban a mostrar, no me gustó ninguna. Despúes de la primer película un tipoi le dió al chofer que tenía re buen humor (a causa del impedimento de mostrar tono en las escritura digo que esto es una ironía) un DVD de... SI!! una hora y media de los mejores videoclips de los 90' editados para que parezca una canción larga. El tipo se puso unos auriculares con el volumen que se podía escuchar desde el fondo del colectivo. A los diez minutos nos quejamos con el chofer que apagó el DVD con un golpe. Despúes nos arrepentimos porque el tipo creo que se puso triste y nos dió lástima. Pero el viaje siguió y siguió. Frenamos en Tucumán y en otro lugar que nunca sabremos que lugar era pero comimos unos helados ya que era lo único que nos alcanzaba ydespués unos 3D´s. Cuando estabamos llegando le preguntamos al chofer si nos dejaba en Thames en vez de Retiro y dijo que si. Nos bajamos, y llegamos con 60 centavos a destino.
Finis

Conclusiones del viaje:
  • La gente del norte... puede ser muuuy lenta. No entienden nada de lo que se les dice.
  • No hay 3d en Jujuy.
  • Nunca son suficientes las fotos grupales.

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