Juan, un chico de 12 años fue a misa y estaba al lado de dos chicos de unos veinte años que hablaban. Él, como buen niño que era, quería escuchar la misa y mandó a callar a los muchachos que no paraban de hablar, con un simple "shhh". Los chicos lo miraron y se callaron, pero al rato siguieron hablando en voz baja. Juan se bancó el constante ruido hasta que no pudo más y les dijo: "che, no hablen que estamos en misa, no se puede hablar."
Juan murió apedreado a la salida.
Juan murió apedreado a la salida.
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