Algo así pero con más papeles, menos luz, más chico y menos estantes. |
El martes pasado rendí. Dos veces. Parcial a la mañana y recuperatorio a la noche. Aun así no terminé cansado y volviendo a casa al terminar el día me di cuenta de que estaba de buen humor. Así de la nada, cruzaba 9 de julio tranquilamente y me di cuenta de que el buen humor era probablemente porque ese día ya había terminado. Hasta hice un llamado interpretado como innecesario por la otra persona.
Recordé lo que fue ese recuperatorio: eran 7 preguntas de las cuales había que elegir 4 y contestarlas si o si. Contestabas 3 y chau, por más que estén contestadas por Dios recursabas. Contestabas más de 4 y te tomaba las peores 4. Para que sume algo, la pregunta tenía que estar bien respondida en un 50% como mínimo. Así que sí, empezó complicado el asunto.
Empecé a contestar. Venía tranquilo hasta que se me cruzaba un concepto muy rápido que apenas llegaba a agarrar y armaba algo a partir de eso. El tema era que me iba un poco por las ramas porque empezaba a inventar y de repente zas otro concepto que se cruzaba y tenia que empezar a escribir antes de que me lo olvide. Así por un buen rato. A todo esto, yo estaba contestando a partir de un concepto anterior, entonces tenía... no se, ponele que era como un nudo en mi cabeza y no sabía que seguir haciendo o que empezar a hacer.
Contesté una. No se si bien pero escribí bastante. Seguí con otras dos que no escribí tanto y dudo que bien. Tenía tres y me faltaba una. Las que quedaban eran describir términos totalmente desconocidos para mí o exponer las características de la opinión pública para el liberalismo clásico y la crítica que le hizo el marxismo. Opté por esta última. No tenía opción. No había otras opciones.
Mi respuesta, en un comienzo, apuntaba a contestarla, pero no sabía que poner. Esta vez ni siquiera se cruzaban conceptos. Me empezó a pasar lo que muchas veces me pasa, sabía dónde estaba la respuesta, tenía la imagen de la hoja en donde estaba todo y lo único que recordaba eran nombres: Marx, Habermas, Rouseeau, Mill... y algo del opio de los pueblos. Pero nada más.
En esas situaciones tengo la imagen de un Yo adentro de mi cabeza con papeles hasta las rodillas y en el que en alguno de ellos está la respuesta, entonces está ese Yo buscando desesperadamente esa hoja pero no hay tiempo, son demasiados papeles. En algún lado hay un archivero, pero tampoco sirve de mucho porque tiene papeles desordenados. El Yo de mi cabeza sabe que tiene que ponerse a ordenar alguna vez pero son demasiados papeles y da fiaca, y cada vez va a dar más fiaca. El Yo de mi cabeza corre por todos lados (dentro de lo que se pueda en mi cabeza) desesperado buscando esa hoja que contiene la respuesta, o al menos una puntita para empezar a responder algo. Pero no la encuentra, lo que es más desesperante porque el Yo de mi cabeza sabe que está en algún, está por ahí, pero de nuevo: son muchos papeles.
Mientras tanto, afuera de mi cabeza sigue pasando el tiempo y cuando caigo a la realidad respondo cualquier cosa.
Mi respuesta fue la siguiente: "El liberalismo clásico decía que había que mantener informado al pueblo constantemente, en cambio el marxismo decía que la opinión pública era otro opio de los pueblos".
Comentarios
La situación de "estar rindiendo" solo es rescatable porque cuando uno ya la paso... puede tomarse un fernet y sentirse de vacaciones.
Lo mejor que me paso en un examen (en este delirio chic) fue poner "Porque las autoras" y a la hora de la devolución ver en rojo: "Las autoras en realidad es EL AUTOR. Hombre y uno solo".
Si! Soy una comentarista crónica. Es mi miedo al vacío.
:)
Comentá todo lo que quieras que hace bien a mi autoestima de escritor jaja