Presento a continuación el capítulo numero tres de la SPPM.
- Me duele el páncreas- dijo el niño grande.
- Prendé una vela papá- dijo su hijo, pero como vivía solo no hizo nada.
Saltó una valla , recogió la pelota de tinta y secó el reloj de agua. Sintió un vacío lleno de sombras y pensó: -Me compré una papa, la herví en aceite y me la comí.
Una mariposa acalambró el aire con el batir de sus alas. Tan grande fue la conmoción del mundo que cambió la rotación de la tierra llevándola fuera de su curso normal.
- Traete un kilo- dijo Áspero.
- Si, y vos andá calentando el horno así meto el rastrillo-
- No, mejor enfrío el ambiente.
- Me duele el páncreas- dijo el niño grande.
- Prendé una vela papá- dijo su hijo, pero como vivía solo no hizo nada.
Saltó una valla , recogió la pelota de tinta y secó el reloj de agua. Sintió un vacío lleno de sombras y pensó: -Me compré una papa, la herví en aceite y me la comí.
Una mariposa acalambró el aire con el batir de sus alas. Tan grande fue la conmoción del mundo que cambió la rotación de la tierra llevándola fuera de su curso normal.
- Traete un kilo- dijo Áspero.
- Si, y vos andá calentando el horno así meto el rastrillo-
- No, mejor enfrío el ambiente.
* * *
El Conejo habló luego de sus tres horas de lectura y prendió la lámpara.
- te dije que no iba a caber ahí- pero el Mago no lo entendió... era sordolítico.
- te dije que no iba a caber ahí- pero el Mago no lo entendió... era sordolítico.
* * *
- Suprema corte de justicia, a ustedes me dirijo con la intención de hacerles conocer la nueva receta que proporcionará la cura para el mal de eje- dijo el Conejo.
Un hombre de la suprema corte se levantó y dijo: -Tal vez sea porque usted está loco- y cuando terminó de hablar le cayó un meteorito. La sala tembló y de la canasta de frutas cayeron dos manzanas.
El mago, gran maestro de cocina, o al menos eso decía la gente, tomó las manzanas, una redonda y otra cuadrada, y las guardó en su galera.
Terminada la sesión tomo el viejo camino para comenzar su recorrido a través del tiempo.
Un hombre de la suprema corte se levantó y dijo: -Tal vez sea porque usted está loco- y cuando terminó de hablar le cayó un meteorito. La sala tembló y de la canasta de frutas cayeron dos manzanas.
El mago, gran maestro de cocina, o al menos eso decía la gente, tomó las manzanas, una redonda y otra cuadrada, y las guardó en su galera.
Terminada la sesión tomo el viejo camino para comenzar su recorrido a través del tiempo.
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